Lenguaje colateral

y los estados suicidas de am�rica

 

Texto escrito para la visita de madrid (abril de 2003)

 

Estados Unidos est� cayendo hacia la derecha con una bomba en sus manos, y cuando la bomba estalle, muchos habr�amos deseado que la Izquierda hubiera sabido lo que la Derecha estaba haciendo. Como el protagonista de la pel�cula Dr. Strangelove[1], un cl�sico de Stanley Kubrick, cuya mano derecha evade el control y expone su afinidad subrayada con Hitler, la Derecha americana muestra signos claros de haber perdido nuestro control desintegrando las bases m�s profundas de la democracia. Ni teor�a de una posible conspiraci�n, ni paranoia; �sta es la realidad pol�tica en la cual nos encontramos en la primera parte del Tercer Milenio. El siguiente camino nos lleva s�lo al suicidio, matando a nuestra democracia en nombre de la libertad.

Las palabras y las frases que nosotros llamamos �lenguaje colateral� son la banda sonora de una pel�cula suicida en la cual Estados Unidos se encuentra atrapado y en la cual est� arrastrando al resto del planeta. Libertad. Civilizaci�n. Justicia. Guerra del terror. Intereses vitales. Seguridad nacional. Shock and awe[2]. Eje del mal. Armas de destrucci�n masiva, han creado todo un mundo. Sin embargo, este mundo no es el mundo complejo e independiente en el cual vive la mayor�a de la poblaci�n de la Tierra, un mundo de muchas historias. En su lugar hay un mundo de dibujos animados; un mundo definido por opciones binarias, racionalidad instrumental y narcisismo estadounidense; un mundo hecho de h�roes m�s grandes que la vida misma y de villanos aterradores, un mundo que tiene s�lo una historia. Mucho m�s importante, estas palabras han creado un mundo cuyo denominador com�n es el miedo. El miedo que reside en las mentes de aquellos que pretenden no tener miedo: los hombres del conocido como �establecimiento de la seguridad nacional�, que, aterrados por la p�rdida del control del pa�s, usan el �lenguaje colateral� para pasar su miedo a la ciudadan�a com�n y corriente. Por eso, afirmamos rotundamente que el lenguaje es una organizaci�n terrorista.

            En compa��a de nuestros colegas en la universidad de St. Lawrence en Canton (Nueva York) empezamos a analizar profunda y sistem�ticamente los efectos aterradores del lenguaje surgido inmediatamente despu�s de los ataques del 11 de septiembre de 2001. El proyecto que lleg� a ser Lenguaje colateral, cuya presentaci�n en espa�ol celebramos esta noche, es sin duda un producto de las semanas subsiguientes al 11 de septiembre de 2001 que fueron momentos de temor y desesperanza ya que sab�amos que la respuesta de Estados Unidos iba a ser contundente, desproporcionada y devastadora para los ciudadanos del Islam en el mundo �rabe. Fueron semanas llenas de una frustraci�n tremenda ya que todos compartimos la sensaci�n de que en un clima marcado por el patriotismo coercitivo y por los llantos de una venganza ciega, nosotros est�bamos siendo silenciados como intelectuales cr�ticos. Por eso decidimos que necesit�bamos contestar p�blicamente y de una forma rotunda a esta respuesta. La mayor�a de los autores de este libro hemos sido formados acad�micamente bajo las teor�as de la deconstrucci�n y dem�s ramas de los estudios culturales y literarios; algunos son especialistas en la historia de las regiones del mundo, a quienes se culpaba en masa de los ataques del 11 de septiembre; y otros tienen un trasfondo acad�mico en teor�as sobre la �tica o en distintas tradiciones religiosas. Todos est�bamos de acuerdo en que el l�xico pol�tico dominante que necesitaba Estados Unidos despu�s del 11 de septiembre del 2001 deb�a ser cuestionado de una manera que fuera relevante no s�lo para intelectuales sino tambi�n, y m�s importante, para los ciudadanos comunes y corrientes, quienes son el objetivo de este l�xico

            En la introducci�n del libro, se presentan cinco aspectos del lenguaje que parecen especialmente importantes para cualquier comprensi�n cr�tica de c�mo el lenguaje, sobre todo el lenguaje de los pol�ticos, funciona en el mundo. 1� En la mayor�a de los casos notamos que el lenguaje act�a como factor determinante en la formaci�n de nuestras percepciones del mundo. 2� Se demuestra que la ret�rica pol�tica sirve para despertar el apoyo de los ciudadanos ya que puede conseguirlo con magn�ficos resultados, ya sea en el caso de la Alemania de Hitler, la Espa�a de Franco o los Estados Unidos de Bush. 3� As� insistimos en que el lenguaje es importante en la forma m�s inmediata y concreta: su uso, por los l�deres pol�ticos y militares, puede acabar directamente en un acto violento en forma de una declaraci�n de guerra; asesinatos en masa (incluido el genocidio); la destrucci�n f�sica de comunidades humanas; la devastaci�n del medio ambiente natural. 4� Destacamos c�mo las palabras tienen su propia historia: es decir, no caen del cielo con significados que se aceptan tanto como un significado universal claro como eterno o no susceptible a ning�n tipo de cambio. En su lugar, las palabras tienen que ser hechas para significar algo, y estos procesos ocurren hist�ricamente a trav�s de la repetici�n de un uso generalmente selectivo y, a menudo, calculado. 5� Finalmente se aclara y destaca que la caracter�stica central de lenguaje es su capacidad de cambio. El mismo lenguaje que crea la aprobaci�n tambi�n crea la posibilidad de disentir; consecuentemente, podemos conseguir que las palabras signifiquen lo que nosotros queremos que signifiquen en lugar de lo que nuestros l�deres nos dicen que significan.

            Teniendo en cuenta todas estas puntualizaciones, los ensayos que constituyen nuestro libro examinan palabras espec�ficas y frases del l�xico usado despu�s del 11 de septiembre con la idea de aclarar de d�nde vienen y c�mo han sido usadas para generar el apoyo a la pol�tica destructiva del r�gimen de Bush.

            Muchas de estas palabras son terriblemente vagas. Estados Unidos dice que est�n haciendo una �guerra al terror� global, sin embargo el presidente Bush ni siquiera se ha preocupado de definir la palabra �terrorismo� para los ciudadanos estadounidenses. Esta actitud evasiva es deliberada, ya que permite al presidente ignorar la pregunta obvia sobre si sus propias acciones y las de gobiernos anteriores de Estados Unidos podr�an identificarse como �terrorismo�, a pesar de que le permite aplicar el t�rmino a cualquiera que �l considere como una amenaza. As�, en un sentido fundamental, Lenguaje colateral sirve desviar nuestra atenci�n de la cruda realidad del orden global actual. Es mucho m�s f�cil creer que nuestros enemigos son intr�nsecamente �malos� o �b�rbaros� que preguntarse c�mo podr�amos solucionar nuestras diferencias; es mucho m�s f�cil hablar de �libertad� que explorar las desigualdades estructurales profundas que caracterizan el mundo de la globalizaci�n empresarial; es mucho m�s f�cil declarar �la guerra contra� que empezar un di�logo sincero entre iguales, con aquellos que est�n m�s negativamente afectados por nuestras propias acciones impulsivas. Esto ayuda a explicar el porqu� los representantes oficiales de Estados Unidos usaron tan r�pidamente estas palabras �colaterales� para justificar su guerra man�aca con Afganist�n inmediatamente despu�s del 11 de septiembre.

            De este modo, no sorprende que la guerra de Estados Unidos contra Irak haya sido presentada a los ciudadanos estadounidenses a trav�s del uso de su propio l�xico, combinando antiguos y nuevos t�rminos, creando una mezcla tergiversada de eufemismos, clich�s y mentiras incuestionables. Los periodistas est�n ahora embelesados con los solados estadounidenses y brit�nicos, quienes, nos dicen, est�n haciendo todo lo que pueden para evitar �da�os colaterales� por medio del uso de armas de �precisi�n�. La guerra est� dirigida por una �coalici�n dispuesta� con la meta de crear un �cambio de r�gimen� en Irak. Ninguno de estos t�rminos nos dice nada sobre los horrores que a los iraqu�es les han sido impuestos en forma de bombas de racimo, de uranio empobrecido y marines estadounidenses tan listos para disparar que mataron a civiles desarmados en puestos militares. Para saber m�s sobre estas noticias se puede leer los art�culos de valientes periodistas como Robert Fisk del peri�dico londinense The Independent, periodistas a quienes se les niega sistem�ticamente el acceso a la publicaci�n en los mayores medios de comunicaci�n de masas estadounidenses.

            Pero todav�a hay m�s. Porque esta guerra en Irak no es simplemente una guerra imperialista al viejo estilo designada para aumentar territorio, o recursos, o acceso a nuevos mercados. �sta es una guerra dirigida por hombres que creen y que dicen abiertamente que quieren conseguir la dominaci�n global. Asustados por un mundo tan imprevisible como diverso, y asustados del declive de su propio imperio, han decidido enfrentarse con cada amenaza potencial a su dominio con su fuerza avasalladora incluyendo el conocido shock and awe. Ellos creen que pueden conseguir un control total por medio de un conocimiento total y de la guerra total. Est�n equivocados, ya que su control total es una fantas�a que nunca podr� ser hecha realidad. As�, en sus esfuerzos equivocados para conseguirla, est�n dispuestos a sacrificar todo: las vidas de los campesinos afganos y las de los iraqu�es pobres, los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos, la esperanza de la cooperaci�n internacional arraigada en las Naciones Unidas, la posibilidad de una paz ya en Israel y Palestina, y, tememos, el mismo futuro democr�tico de Estados Unidos. Por esta raz�n, ahora hemos puesto nuestra atenci�n en la trayectoria suicida de la pol�tica de Estados Unidos, esperando diseminar el mensaje de que tenemos que actuar ahora antes de que sea demasiado tarde.

Nuestra presentaci�n aqu� en Espa�a es algo m�s que la presentaci�n de un libro. Es una llamada a la resistencia y un acto de solidaridad con los que en Espa�a y a lo largo de toda Europa han alzado sus voces en contra de la locura de esta guerra total.

Todos juntos insistimos en que otra clase de mundo es posible. Imaginamos un mundo donde los problemas comunes sean abordados a trav�s de mecanismos que realmente expresen los mecanismos de igualdad y de consenso internacional. Imaginamos un mundo donde todas las vidas �iraqu�es, estadounidenses, afganas, espa�olas, filipinas, israel�es, palestinas, et�opes� sean tratadas con la dignidad que se merecen m�s que con la condescendencia nacida de la arrogancia y la dominaci�n. Imaginamos un mundo donde nadie necesite preocuparse de que su casa, su pueblo, o su ciudad, sea el pr�ximo objetivo de la guerra total.

Imaginamos un mundo donde las palabras sean usadas para crear amor en lugar de odio, esperanza en lugar de miedo, probabilidad en lugar de inevitabilidad, belleza en lugar de destrucci�n.

John Collins y Ross Glover[3]

[1] Dr. Strangelove or How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb (Dr. Ins�lito o c�mo dej� de preocuparme y comenc� a amar la bomba, conocida como Tel�fono Rojo: volamos hacia Mosc�)Subir
[2] Shock and awe: t�rmino que literalmente quiere decir �Descargar y crear pavor reverencial�, con el que se alude a la celeridad b�lica que Estados Unidos es capaz de reproducir gracias a su fuerza y sus avances tecnol�gicos militares, y las consecuencias, f�sicas y psicol�gicas, de quien recibe el �shock�.Subir
[3] � John Collins y Ross Glover, 2003.

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